viernes, 12 de febrero de 2016

14 DE FEBRERO: I DOMINGO DE CUARESMA.


PRIMERA SEMANA DE CUARESMA

Esta primera semana la liturgia nos invita a caminar, a ponernos en camino. ¿Hacia dónde? Hacia un mundo nuevo.

El creyente debe tener alma de nómada. El nómada nunca llega a donde tiene que llegar, porque lo suyo es ser caminante, no tener ningún lugar en propiedad. Todos los lugares son de paso. Ningún lugar es su lugar. Lo esencial está siempre más allá.

Todos los días es tiempo de empezar, de comenzar de nuevo. Cada mañana es tiempo de arrancar de nuevo hacia la meta. El punto donde quedamos al terminar el día no es nunca un punto final. Sólo es punto y seguido. No hemos llegado nunca donde Dios nos espera, aunque estemos siempre con Dios, Dios, como un padre que enseña a andar a su hijo, siempre se pone un poco más allá y nos deja solos para que caminemos hacia él.

Caminar, en clave de fe, significa dejar la tierra donde nos sentimos bien, seguros, esclavos de nuestros antojos y de nuestros planes, sordos para escuchar la voz de Dios.

Caminar tiene sus riesgos: uno se cansa, hay momentos de desierto, se encuentran compañeros de ruta que se hacen insoportables y vienen las peleas y las discusiones… O llega la niebla que no nos deja ver, que te desorienta y te preguntas: ¿Dónde voy? ¿Para qué seguir caminando siempre si no se llega nunca?

Caminar, ¿hacia dónde? Hacia lo esencial: “Sed santos como vuestro Padre celestial es santo”, y, además, “al final de la vida se os va a medir por lo que hicisteis con los hermanos, no por las fatigas que os tomasteis” En palabras de San Juan de la Cruz: “Al amanecer de la vida, se os juzgará en el amor”.

Esta primera semana nos centra en lo esencial, santidad y la vida como servicio a los hermanos. Sin esto no hay vida cristiana.


14 de Febrero

DOMINGO 1º DE CUARESMA

COLECTA DE LA CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE EN EL MUNDO

MANOS UNIDAS

1ª Lectura: Deuteronomio 26,4-10

Profesión de fe del pueblo escogido

Salmo 90: Estás conmigo, Señor, en la tribulación.

2ª Lectura: Romanos 10,8-13

Profesión de fe del que cree en Jesucristo.

PALABRA DEL DÍA

Lucas: 4,1-13

“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo. Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le contestó: “Está escrito: No solo de pan vive el hombre”. Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo, y le dijo: “Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo”. Jesús le contestó: “Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo darás culto”. Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Encargará a los ángeles que cuiden de ti”, y también: “Te sostendrá en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”. Jesús le contestó: “Está mandado: No tentarás al Señor tu Dios”. Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión”.

Versión para América Latina extraída de la Biblia del Pueblo de Dios.

“Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto,
donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre.
El demonio le dijo entonces: "Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan".
Pero Jesús le respondió: "Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan".
Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra
y le dijo: "Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero.
Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá".
Pero Jesús le respondió: "Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto".
Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo,
porque está escrito: El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden.
Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra".
Pero Jesús le respondió: "Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno. “

REFLEXIÓN

            El miércoles pasado comenzamos el tiempo de Cuaresma. Tanto a nivel personal como comunitario los cristianos vamos a centrar nuestro esfuerzo, a lo largo de estas semanas, en un trato más frecuente y confiado con Dios, en una atención más afectuosa y amable con nuestros hermanos y en una sensata sobriedad personal ante cualquier apetencia o inclinación. La finalidad es muy clara: afinar paulatinamente  nuestro cuerpo y nuestro espíritu para acoger en fe y en esperanza la resurrección de Jesús el día de Pascua y vivir después, con mayor empuje, la presencia del Resucitado en nuestras vidas. Todos nos hacemos espaldas con nuestra oración, nuestra limosna y nuestro ayuno para ir aumentando esa libertad de hermanos del Resucitado.

            En las lecturas de hoy se nos propone un medio insustituible para avanzar en ese camino de “desposesión” interior. Es la fe, una fe que engloba toda la persona. En la primera lectura, Moisés hace una profesión de fe en Dios que ha acompañado al pueblo desde sus inicios humildes, que ha estado a su lado en los momentos de aparente desastre y que acaba introduciéndolo en la tierra prometida. Una fe que se traduce en agradecimiento humilde y en adoración sincera.

            Nuestro itinerario cuaresmal ha de estar impregnado de una fe incondicional en la presencia cierta de Dios en todas nuestras circunstancias. Nuestra tierra prometida es Cristo resucitado. Cualquier contratiempo o dificultad durante el trayecto no es sino una oportunidad para depurar un poco más nuestra adhesión a Dios. La fe no solamente aligera nuestro espíritu sino que también fortalece nuestro compromiso diario.

            San Pablo abunda en la misma afirmación de una manera original. Nuestros labios pueden pronunciar la mejor oración dirigida a Dios si las palabras son una auténtica confesión de que Jesús es nuestro único Señor. Nada ni nadie debe ocupar nuestra mente ni nuestro corazón por encima de Él. Ningún otro señor de esta tierra puede satisfacer nuestras ansias de plenitud. Más bien, nos deja más sedientos e insatisfechos.

            Pero san Pablo añade que la fe la llevamos en el corazón si creemos que Dios ha resucitado a Jesús de entre los muertos. Y esta fe del corazón nos hace justos. Creer que Dios le ha resucitado a él y que también nos resucitará a nosotros significa ya ahora, en nuestro quehacer diario, que Dios desea sacarnos de nuestras angustias, de nuestras tumbas, de nuestras muertes. Así nos hacemos más justos con Dios, con nosotros mismos y con los demás.

ENTRA EN TU INTERIOR

IDENTIFICAR LAS TENTACIONES

Según los evangelios, las tentaciones experimentadas por Jesús no son propiamente de orden moral. Son planteamientos en los que se le proponen maneras falsas de entender y vivir su misión. Por eso, su reacción nos sirve de modelo para nuestro comportamiento moral, pero, sobre todo, nos alerta para no desviarnos de la misión que Jesús ha confiado a sus seguidores.

Antes que nada, sus tentaciones nos ayudan a identificar con más lucidez y responsabilidad las que puede experimentar hoy su Iglesia y quienes la formamos. ¿Cómo seremos una Iglesia fiel a Jesús si no somos conscientes de las tentaciones más peligrosas que nos pueden desviar hoy de su proyecto y estilo de vida?

En la primera tentación, Jesús renuncia a utilizar a Dios para «convertir» las piedras en panes y saciar así su hambre. No seguirá ese camino. No vivirá buscando su propio interés. No utilizará al Padre de manera egoísta. Se alimentará de la Palabra viva de Dios. Sólo «multiplicará» los panes para alimentar el hambre de la gente.

Ésta es probablemente la tentación más grave de los cristianos de los países ricos: utilizar la religión para completar nuestro bienestar material, tranquilizar nuestras conciencias y vaciar nuestro cristianismo de compasión, viviendo sordos a la voz de Dios que nos sigue gritando ¿dónde están vuestros hermanos?

En la segunda tentación, Jesús renuncia a obtener «poder y gloria» a condición de someterse como todos los poderosos a los abusos, mentiras e injusticias en que se apoya el poder inspirado por el «diablo». El reino de Dios no se impone, se ofrece con amor. Sólo adorará al Dios de los pobres, débiles e indefensos.

En estos tiempos de pérdida de poder social es tentador para la Iglesia tratar de recuperar el «poder y la gloria» de otros tiempos pretendiendo incluso un poder absoluto sobre la sociedad. Estamos perdiendo una oportunidad histórica para entrar por un camino nuevo de servicio humilde y de acompañamiento fraterno al hombre y a la mujer de hoy, tan necesitados de amor y de esperanza.

En la tercera tentación, Jesús renuncia a cumplir su misión recurriendo al éxito fácil y la ostentación. No será un mesías triunfalista. Nunca pondrá a Dios al servicio de su vanagloria. Estará entre los suyos como el que sirve.

Siempre será tentador para algunos utilizar el espacio religioso para buscar reputación, renombre y prestigio. Pocas cosas son más ridículas en el seguimiento a Jesús que la ostentación y la búsqueda de honores. Hacen daño a la Iglesia y la vacían de verdad.

José Antonio Pagola

ORA EN TU INTERIOR

            El mejor ejemplo para vivir de esta manera lo encontramos en Jesús tal como hemos escuchado en el evangelio. El desierto de Jesús es para nosotros, hoy día, el entorno familiar, eclesial y social que nos toca vivir. En lo cotidiano de la vida emerge la tentación de insensibilidad a lo invisible, de apego desorbitado a lo material, de dominio y abuso de los demás. Todos pasamos por estas pruebas que pueden marcar positivamente nuestro crecimiento espiritual si tenemos la misma perspectiva de Jesús para no dejarnos engañar por lo más fácil y cómodo a primera vista.

            Jesús no se deja seducir ni por el pan, ni por la fama, ni por el poder. Su comunión íntima con el Padre le lleva a mantener su propia integridad y libertad. Su fe y su intimidad con el Padre le llevan a mantener su propia integridad y libertad. Su fe y su intimidad con el Padre le hacen descubrir razones poderosas para superar los engaños a que se ve sometido. Ve más allá de lo inmediato, lo trasciende, lo interpreta desde Dios. Ésta es la sabiduría de la fe que penetra más allá de la fragilidad o de la dureza de nuestro entorno inmediato.

            A los seguidores de Jesús nos toca recorrer su mismo camino pero reproduciendo –y esto es lo más importante- sus mismas actitudes en contra de todo aquello que nos aleja de Dios, de los demás y de lo más noble y digno de nosotros mismos.

            Avancemos, pues, en este camino hacia la resurrección, de la mano de una fe cada día más confiada y transparente. Nuestras victorias son ya primicia de resurrección.

            Señor, tu actitud tajante frente al diablo en sus tentaciones es lección para mí, que, como Eva, no lo rechazo tajantemente con la palabra de Dios. Como tú, no quiero buscar milagros ni poder, ni ostentación. Quiero vivir con la grandeza y la sencillez de la fe.

ORACIÓN

            Desde mi debilidad y mis necesidades te pido, Padre:

•          Para que los pueblos y sus responsables superen las tentaciones del poder y de la violencia y trabajen por el verdadero desarrollo.

•          Para que el pueblo de dios escuche mejor la Palabra y sepan transmitirla a los demás.
•          Para que los que se preparan a recibir los sacramentos de la iniciación cristiana maduren en la fe.

•          Para que en este tiempo seamos todos más generosos y solidarios y sepamos acercarnos a los pobres.

•          Para que seamos dóciles al Espíritu Santo y confiemos en su fuerza para vencer la tentación.

Expliquemos el Evangelio a los niños.

Imágenes de Fano



Imagen para colorear

No es MI fuerza, ni MI poder, ni MI tener, sino hacer tu voluntad.

2 comentarios:

  1. Que hermoso Blog! Alimento para el alma y el espíritu, directrices para el corazón, invitación para la conversión! Caminar como nómadas, siempre en la búsqueda de lo que Dios quiere con nosotros, siempre el camino difícil pero el que nos lleva a la puerta estrecha... Gracias Padre Tomás por poner los medios de comunicación al servicio de la evangelización; que nuestro Señor y su Santa Madre le bendigan y que el Espíritu Santo le siga iluminando ese hermoso pensamiento evangelizador...

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    1. Muchas gracias, mi humilde intención es esa, evangelizar, para poder decir como Pablo: "Hay de mí, si no anuncio el Evangelio".

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