PRIMERA
SEMANA DE CUARESMA
Esta primera semana la liturgia nos invita a caminar, a ponernos en
camino. ¿Hacia dónde? Hacia un mundo nuevo.
El creyente debe tener alma de nómada. El nómada nunca llega a donde
tiene que llegar, porque lo suyo es ser caminante, no tener ningún lugar en
propiedad. Todos los lugares son de paso. Ningún lugar es su lugar. Lo esencial
está siempre más allá.
Todos los días es tiempo de empezar, de comenzar de nuevo. Cada mañana es
tiempo de arrancar de nuevo hacia la meta. El punto donde quedamos al terminar
el día no es nunca un punto final. Sólo es punto y seguido. No hemos llegado
nunca donde Dios nos espera, aunque estemos siempre con Dios, Dios, como un
padre que enseña a andar a su hijo, siempre se pone un poco más allá y nos deja
solos para que caminemos hacia él.
Caminar, en clave de fe, significa dejar la tierra donde nos sentimos
bien, seguros, esclavos de nuestros antojos y de nuestros planes, sordos para
escuchar la voz de Dios.
Caminar tiene sus riesgos: uno se cansa, hay momentos de desierto, se
encuentran compañeros de ruta que se hacen insoportables y vienen las peleas y
las discusiones… O llega la niebla que no nos deja ver, que te desorienta y te
preguntas: ¿Dónde voy? ¿Para qué seguir caminando siempre si no se llega nunca?
Caminar, ¿hacia dónde? Hacia lo esencial: “Sed santos como vuestro Padre
celestial es santo”, y, además, “al final de la vida se os va a medir por lo
que hicisteis con los hermanos, no por las fatigas que os tomasteis” En
palabras de San Juan de la Cruz: “Al amanecer de la vida, se os juzgará en el
amor”.
Esta primera semana nos centra en lo esencial, santidad y la vida como
servicio a los hermanos. Sin esto no hay vida cristiana.
14 de Febrero
DOMINGO 1º DE
CUARESMA
COLECTA DE LA
CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE EN EL MUNDO
MANOS UNIDAS
1ª Lectura: Deuteronomio
26,4-10
Profesión de
fe del pueblo escogido
Salmo 90:
Estás conmigo, Señor, en la tribulación.
2ª Lectura:
Romanos 10,8-13
Profesión de
fe del que cree en Jesucristo.
PALABRA DEL
DÍA
Lucas: 4,1-13
“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y
durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras
era tentado por el diablo. Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final
sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres Hijo de Dios, dile a esta
piedra que se convierta en pan”. Jesús le contestó: “Está escrito: No solo de
pan vive el hombre”. Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un
instante todos los reinos del mundo, y le dijo: “Te daré el poder y la gloria
de todo eso, porque a mí me lo han dado y yo lo doy a quien quiero. Si tú te
arrodillas delante de mí, todo será tuyo”. Jesús le contestó: “Está escrito: Al
Señor tu Dios adorarás y a él solo darás culto”. Entonces lo llevó a Jerusalén
y lo puso en el alero del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, tírate de
aquí abajo, porque está escrito: “Encargará a los ángeles que cuiden de ti”, y
también: “Te sostendrá en sus manos, para que tu pie no tropiece con las
piedras”. Jesús le contestó: “Está mandado: No tentarás al Señor tu Dios”.
Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión”.
Versión para
América Latina extraída de la Biblia del Pueblo de Dios.
“Jesús, lleno del
Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el
Espíritu al desierto,
donde fue tentado por
el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de
ellos tuvo hambre.
El demonio le dijo
entonces: "Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta
en pan".
Pero Jesús le
respondió: "Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan".
Luego el demonio lo
llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la
tierra
y le dijo: "Te
daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido
entregados, y yo los doy a quien quiero.
Si tú te postras
delante de mí, todo eso te pertenecerá".
Pero Jesús le
respondió: "Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás
culto".
Después el demonio lo
condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo:
"Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo,
porque está escrito: El
dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden.
Y también: Ellos te
llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra".
Pero Jesús le
respondió: "Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
Una vez agotadas todas
las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno. “
REFLEXIÓN
El miércoles pasado comenzamos el tiempo de Cuaresma.
Tanto a nivel personal como comunitario los cristianos vamos a centrar nuestro
esfuerzo, a lo largo de estas semanas, en un trato más frecuente y confiado con
Dios, en una atención más afectuosa y amable con nuestros hermanos y en una
sensata sobriedad personal ante cualquier apetencia o inclinación. La finalidad
es muy clara: afinar paulatinamente
nuestro cuerpo y nuestro espíritu para acoger en fe y en esperanza la
resurrección de Jesús el día de Pascua y vivir después, con mayor empuje, la
presencia del Resucitado en nuestras vidas. Todos nos hacemos espaldas con
nuestra oración, nuestra limosna y nuestro ayuno para ir aumentando esa
libertad de hermanos del Resucitado.
En las lecturas de hoy se nos propone un medio
insustituible para avanzar en ese camino de “desposesión” interior. Es la fe,
una fe que engloba toda la persona. En la primera lectura, Moisés hace una
profesión de fe en Dios que ha acompañado al pueblo desde sus inicios humildes,
que ha estado a su lado en los momentos de aparente desastre y que acaba
introduciéndolo en la tierra prometida. Una fe que se traduce en agradecimiento
humilde y en adoración sincera.
Nuestro itinerario cuaresmal ha de estar impregnado de una
fe incondicional en la presencia cierta de Dios en todas nuestras
circunstancias. Nuestra tierra prometida es Cristo resucitado. Cualquier
contratiempo o dificultad durante el trayecto no es sino una oportunidad para
depurar un poco más nuestra adhesión a Dios. La fe no solamente aligera nuestro
espíritu sino que también fortalece nuestro compromiso diario.
San Pablo abunda en la misma afirmación de una manera
original. Nuestros labios pueden pronunciar la mejor oración dirigida a Dios si
las palabras son una auténtica confesión de que Jesús es nuestro único Señor.
Nada ni nadie debe ocupar nuestra mente ni nuestro corazón por encima de Él.
Ningún otro señor de esta tierra puede satisfacer nuestras ansias de plenitud.
Más bien, nos deja más sedientos e insatisfechos.
Pero san Pablo añade que la fe la llevamos en el corazón
si creemos que Dios ha resucitado a Jesús de entre los muertos. Y esta fe del
corazón nos hace justos. Creer que Dios le ha resucitado a él y que también nos
resucitará a nosotros significa ya ahora, en nuestro quehacer diario, que Dios
desea sacarnos de nuestras angustias, de nuestras tumbas, de nuestras muertes.
Así nos hacemos más justos con Dios, con nosotros mismos y con los demás.
ENTRA EN TU
INTERIOR
IDENTIFICAR
LAS TENTACIONES
Según los evangelios, las tentaciones experimentadas por Jesús no son
propiamente de orden moral. Son planteamientos en los que se le proponen
maneras falsas de entender y vivir su misión. Por eso, su reacción nos sirve de
modelo para nuestro comportamiento moral, pero, sobre todo, nos alerta para no
desviarnos de la misión que Jesús ha confiado a sus seguidores.
Antes que nada, sus tentaciones nos ayudan a identificar con más lucidez
y responsabilidad las que puede experimentar hoy su Iglesia y quienes la
formamos. ¿Cómo seremos una Iglesia fiel a Jesús si no somos conscientes de las
tentaciones más peligrosas que nos pueden desviar hoy de su proyecto y estilo
de vida?
En la primera tentación, Jesús renuncia a utilizar a Dios para
«convertir» las piedras en panes y saciar así su hambre. No seguirá ese camino.
No vivirá buscando su propio interés. No utilizará al Padre de manera egoísta.
Se alimentará de la Palabra viva de Dios. Sólo «multiplicará» los panes para
alimentar el hambre de la gente.
Ésta es probablemente la tentación más grave de los cristianos de los
países ricos: utilizar la religión para completar nuestro bienestar material,
tranquilizar nuestras conciencias y vaciar nuestro cristianismo de compasión,
viviendo sordos a la voz de Dios que nos sigue gritando ¿dónde están vuestros
hermanos?
En la segunda tentación, Jesús renuncia a obtener «poder y gloria» a
condición de someterse como todos los poderosos a los abusos, mentiras e
injusticias en que se apoya el poder inspirado por el «diablo». El reino de
Dios no se impone, se ofrece con amor. Sólo adorará al Dios de los pobres,
débiles e indefensos.
En estos tiempos de pérdida de poder social es tentador para la Iglesia
tratar de recuperar el «poder y la gloria» de otros tiempos pretendiendo
incluso un poder absoluto sobre la sociedad. Estamos perdiendo una oportunidad
histórica para entrar por un camino nuevo de servicio humilde y de
acompañamiento fraterno al hombre y a la mujer de hoy, tan necesitados de amor
y de esperanza.
En la tercera tentación, Jesús renuncia a cumplir su misión recurriendo
al éxito fácil y la ostentación. No será un mesías triunfalista. Nunca pondrá a
Dios al servicio de su vanagloria. Estará entre los suyos como el que sirve.
Siempre será tentador para algunos utilizar el espacio religioso para
buscar reputación, renombre y prestigio. Pocas cosas son más ridículas en el
seguimiento a Jesús que la ostentación y la búsqueda de honores. Hacen daño a
la Iglesia y la vacían de verdad.
José Antonio Pagola
ORA EN TU INTERIOR
El mejor ejemplo para vivir de esta manera lo encontramos
en Jesús tal como hemos escuchado en el evangelio. El desierto de Jesús es para
nosotros, hoy día, el entorno familiar, eclesial y social que nos toca vivir.
En lo cotidiano de la vida emerge la tentación de insensibilidad a lo
invisible, de apego desorbitado a lo material, de dominio y abuso de los demás.
Todos pasamos por estas pruebas que pueden marcar positivamente nuestro
crecimiento espiritual si tenemos la misma perspectiva de Jesús para no
dejarnos engañar por lo más fácil y cómodo a primera vista.
Jesús no se deja seducir ni por el pan, ni por la fama,
ni por el poder. Su comunión íntima con el Padre le lleva a mantener su propia
integridad y libertad. Su fe y su intimidad con el Padre le llevan a mantener
su propia integridad y libertad. Su fe y su intimidad con el Padre le hacen
descubrir razones poderosas para superar los engaños a que se ve sometido. Ve
más allá de lo inmediato, lo trasciende, lo interpreta desde Dios. Ésta es la
sabiduría de la fe que penetra más allá de la fragilidad o de la dureza de
nuestro entorno inmediato.
A los seguidores de Jesús nos toca recorrer su mismo
camino pero reproduciendo –y esto es lo más importante- sus mismas actitudes en
contra de todo aquello que nos aleja de Dios, de los demás y de lo más noble y
digno de nosotros mismos.
Avancemos, pues, en este camino hacia la resurrección, de
la mano de una fe cada día más confiada y transparente. Nuestras victorias son
ya primicia de resurrección.
Señor, tu actitud tajante frente al diablo en sus
tentaciones es lección para mí, que, como Eva, no lo rechazo tajantemente con
la palabra de Dios. Como tú, no quiero buscar milagros ni poder, ni
ostentación. Quiero vivir con la grandeza y la sencillez de la fe.
ORACIÓN
Desde mi debilidad y mis necesidades te pido, Padre:
• Para que los pueblos y sus
responsables superen las tentaciones del poder y de la violencia y trabajen por
el verdadero desarrollo.
• Para que el pueblo de dios escuche
mejor la Palabra y sepan transmitirla a los demás.
• Para que los que se preparan a recibir
los sacramentos de la iniciación cristiana maduren en la fe.
• Para que en este tiempo seamos todos
más generosos y solidarios y sepamos acercarnos a los pobres.
• Para que seamos dóciles al Espíritu
Santo y confiemos en su fuerza para vencer la tentación.
Expliquemos
el Evangelio a los niños.
Imágenes de
Fano
Imagen para
colorear
No es MI fuerza, ni MI
poder, ni MI tener, sino hacer tu voluntad.
Que hermoso Blog! Alimento para el alma y el espíritu, directrices para el corazón, invitación para la conversión! Caminar como nómadas, siempre en la búsqueda de lo que Dios quiere con nosotros, siempre el camino difícil pero el que nos lleva a la puerta estrecha... Gracias Padre Tomás por poner los medios de comunicación al servicio de la evangelización; que nuestro Señor y su Santa Madre le bendigan y que el Espíritu Santo le siga iluminando ese hermoso pensamiento evangelizador...
ResponderEliminarMuchas gracias, mi humilde intención es esa, evangelizar, para poder decir como Pablo: "Hay de mí, si no anuncio el Evangelio".
Eliminar